El ex ministro de Trabajo Armando Caro Figueroa lanzó duras críticas a la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei y advirtió que la iniciativa parte de un diagnóstico equivocado, con un fuerte sesgo sectorial y un claro debilitamiento del rol de los sindicatos y los convenios colectivos.

En diálogo con Ernesto Tenembaum por Radio Con Vos, el dirigente salteño —que ocupó la cartera laboral durante el gobierno de Carlos Menem— sostuvo que, si bien el régimen laboral argentino requiere discusiones y ajustes, la propuesta oficial “está pensada para resolver algunas demandas de la zona núcleo” y no contempla la diversidad productiva del país.

“Partimos de la base de que una reforma es necesaria, pero esta consagra la idea de que, en caso de duda, se aplica lo que beneficie más al empleador”, afirmó Caro Figueroa. En ese sentido, señaló que el proyecto implica un corrimiento del equilibrio histórico del derecho laboral argentino, tradicionalmente orientado a compensar la desigualdad estructural entre trabajador y empleador.

El ex funcionario llamó al Gobierno a observar experiencias concretas como la de Vaca Muerta, donde —según recordó— sindicatos y empresas lograron consensuar un régimen laboral específico que permitió ordenar costos de producción sin desarticular derechos adquiridos. “Los sindicatos no siempre son un obstáculo”, subrayó, y advirtió que detrás de la reforma “hay gente que sueña con un mundo sin sindicatos”, una idea que calificó como “un grave error”.

Caro Figueroa también cuestionó uno de los principales argumentos del oficialismo, que atribuye los problemas del empleo a la llamada “industria del juicio” y al costo de las indemnizaciones. “En el norte la litigiosidad es muy baja, así que ese argumento no sirve”, sostuvo. En cambio, apuntó contra las demoras del sistema judicial y las tasas de interés fijadas por el propio Estado como los verdaderos factores que encarecen los conflictos laborales.

Finalmente, criticó aspectos puntuales del proyecto, como la posibilidad de que el empleador fije unilateralmente las vacaciones. “Se refuerza el poder de dirección del empresario, se corre al convenio colectivo y se deja desnudos a los trabajadores”, concluyó.